Alicia en el país de la filosofía, Año II, Número II, Nov-Dic 2016
Memoria e identidad histórica en el neoplatonismo:Prof. Juan Bautista García Bazán
(USAL-UNCuyo)
Resumen:
Esta ponencia aborda el tema de la memoria y la identidad histórica en Plotino, Porfirio y los gnósticos. Se establecen comparaciones entre dos Enéadas (II, 9 [33] y IV 8 [6]) y la Vita Plotini, así como también con tres escritos del corpus porfiriano (Perì toû gnôthi sautón, De regressu Animae, Ad Marcellam).
Palabras clave: Plotino, Porfirio, gnósticos, memoria, antro, profundidad
Abstract:
This paper adresses the issue of memory and historical identity in Plotinus, Porphyry and the Gnostics. Comparisons are made between two Enneads (II, 9 [33] and IV 8 [6]) and Vita Plotini, as well as three corpus of writings disciple ( Perì toû gnôthi sautón, De regressu Animae, Ad Marcellam).
Palabras clave: Plotinus, Porphyry, Gnostics, memory, joint, deepness
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Introducción:
La tradición platónica y sus herederos, en el siglo III d.
n. e., choca de manera particular con la experiencia cultural, filosófica y
religiosa del cristianismo. Buen ejemplo de eso es el alegato anti-gnóstico que
dedica Plotino en su famosa Enéada II 9 (33). Concretamente, en el
capítulo sexto de este escrito, Plotino critica los “discursos nuevos” (kainologoúnton)
de los gnósticos que, como partidarios de la tradición judeocristiana, parecían
desconocer “la lengua de la tradición arcaica griega” (…tês archaias
hellenikês). A ese desconocimiento Plotino opone el saber de la enseñanza
de Platón, que no por casualidad remite a República
VII en donde se graficaba
cierta praxis graduada y laboriosa del filósofo. La defensa de la tradición
identitaria griega se juega entonces, y al mismo tiempo, en el terreno de la
gnoseología platónica. Porfirio, el discípulo y biógrafo de Plotino, reeditará
esta polémica, pensamos, mediante una expresión que después se hará conocida en
el mundo latino: justamente, la filosofía del platonismo será entendida
como "la filosofía más rigurosa" (philosophía verissima).
En qué medida esta última expresión sería una clave para comprender la
polémica, y por otra parte, cuál sería el rol de la memoria-anámnesis en el planteo del filósofo de Tiro, es
lo que vamos a ofrecer en estas jornadas.
Para empezar
vamos a leer el escrito que dedica Plotino, entre los años
265-266 de n. e., aproximadamente, a los sectarios cristianos llamados
gnósticos (Igal, 1996). La referencia pertenece al capítulo 6, 5 y ss.:
Porque forjan estos vocablos como si no tuvieran contacto con la lengua
tradicional griega, siendo así que los griegos, que conocían el tema y lo
conocían claramente, hablan sin pretensiones de salir de la cueva y de subir y
avanzar poco a poco, más y más, hacia una contemplación más verdadera. Porque
en general, algunas de sus doctrinas están tomadas de Platón, mientras que
otras, cuantas innovan para establecen una filosofía propia, éstas es cosa
averiguada que están fuera de la verdad.
Esos vocablos nuevos de los que se habla se relacionaban con tres
expresiones: “exilios”, “trasuntos”, y “arrepentimientos” (paroikéseis kaì atitýpos kaì metanoías). Estos tres términos los
conocemos por textos directos de los gnósticos. Uno de ellos, el Zostriano,
justamente es uno de los apocalipsis gnósticos que mencionaba su discípulo y
biógrafo Porfirio, en la Vita Plotini.
Se habla de discurso nuevos (kainós),
-y por qué no de vacíos (kenós) (Athanassiadi,
2006)-, en tanto estos no tenían nada que ver con la antigua
cultura griega. Esos términos también los emparentaba Plotino a cierta “tierra
nueva”, que para estos textos simbolizaba la “Jerusalén celeste”, como sostenía
el Apocalipsis de Juan, La Carta
paulina a los Gálatas o bien, otros testimonios, ahora, del judaísmo
contemporáneo (Schlier, en Kittel: 1966). Acá lo que llama la atención a los
ojos de un pagano, es una terminología nueva que, no obstante, trata de
fundarse y fundar un tipo particular de sistema filosófico (estin eis sýstasin tês idías hairéseos).
Esto vuelve a retomarse al final de la cita con esa idea de las innovaciones
que presentaban estos sectarios para establecer una filosofía propia (...kainotomûsin... idían philosophían thôntai).
Pero el autor neoplatónico opone a ese modo de ver las cosas, el pensamiento de
Platón –y agregamos nosotros, el de los pensadores anteriores- en tanto
“conocían el tema” (eidóton), se
dice, “y lo conocían claramente” (saphôs).
El tema es la realidad de lo inteligible.
En este caso, como no podía ser de
otra manera, Plotino retoma la explicación de la alegoría de la caverna: “sin
un modo pretensioso” (atýphos), con
“claridad” (saphôs), los griegos se
refirieron a esto mediante una salida y un ascenso (anabáseis ek toû spelaíou); hablaron de ir progresivamente hacia
contemplación más verdadera (katà brachù
eis théan alethestéran). Esa contemplación más verdadera, que podía llegar
a tener un eco inmediato en una expresión de República VII (521 c), nosotros la vamos a vincular con otra
expresión que aparece en tres obras de Porfirio.
Pero antes de ver esto digamos que
la referencia a la cueva se descubría en una Enéada anterior, la IV 8 (6), -que en el orden cronológico de la
producción plotiniana se correspondería al escrito 6- (1 11 ss.):
Además la cueva
para él [i.e. Platón], como el antro para Empédocles,
significa este universo…, porque aquél, interpreta la “desatadura de las
cadenas y la subida (ánodon ek toû spelaíou) “fuera de la cueva” como la “marcha” (poreían) del alma hacia la región
inteligible (pròs tò noetòn).
Esta referencia podía explicar que Plotino, ahora, en el escrito
anti-gnóstico de II 9 (33), sostuviera (6, 26 ss.):
….desacreditan las opiniones de este varón [Platón], como
si ellos sí hubieran entendido a fondo
la naturaleza inteligible, pero no
aquel y los demás varones bienaventurados (hos autoì mèn tèn noetèn phýsin katanenoekótes, ekeínou dè kaì tôn
állon tôn makaríon andrôn).
Vemos que el
centro de la polémica está emparentado con las críticas que dirigían los
propios gnósticos a Platón y a la tradición griega.
Porfirio, 35 años
después de este enfrentamiento, y cuando el maestro había fallecido, relata en
la biografía plotinina, a propósito de los gnósticos (cap. 16), que: “…engañados, engañaban a muchos, alegando que
Platón no había penetrado en la profundidad de la sustancia inteligible (…eis tò báthos tês nohetês ousías ou
pelásantos)” (16 7-9).
Más allá de que en este caso se agrega una terminología
distinta a la de su maestro –en tanto se habla apretadamente de una “sustancia
inteligible”, de una “profundidad”, y de una especie de “penetración” en ese
ámbito-, puede decirse que Porfirio es heredero de estas cuestiones y que
intentará reeditarlas con matices propios.
Un indicio de esto
lo tenemos en la expresión que señalamos en Plotino, “más verdadera” (théan alethestéran). Porfirio habla en
términos parecidos de la filosofía Platónica: philosophia verissima, en el De
regressu Animae, en tanto el platonismo era la única
“escuela” que posibilitaba alcanzar las verdades inteligibles[1].
Esa expresión, verissima…, en el
griego de Porfirio se encuentra como horthês
philosophías. Curiosamente en una obra fragmentaria, el “Conócete a ti
mismo”, se relaciona a un elevarse (anabaínousin)
por la introspección para acceder a la contemplación (katanoéseos…theorían) (fr. 3). Esa “ascensión” (anabaínousin), se emplea siguiendo el
mismo término de República VII.
En la Carta a Marcela aparece la expresión, eis
philosophían tèn orthèn (cap. 8).
En relación a una iniciación –la del sabio- que está vinculada a determinadas
alusiones del Banquete de Platón.
Pareciera que esta última expresión, en el corpus porfiriano, no solamente
estuviera validando la tradición platónica, sino que, como estamos viendo, indirectamente llevaría a la polémica con el
gnosticismo.
En este sentido, dos capítulos más
adelante de esta Carta, leemos:
Si te ejercitas en ascender en ti misma, reuniendo cuantas facultades el
cuerpo ha esparcido en multitud de fragmentos ajenos a su primitiva unidad y
que debes esforzarte en concentrar. Deberías reunir y unificar los pensamientos
innatos en ti, tratando de organizar los que son confusos y sacando a la luz
los que permanecen envueltos en la oscuridad. El divino Platón también hizo de
eso su punto de partida, instándonos a proceder de lo sensible hacia lo
inteligible. Y si lo recuerdas, podrías articular lo que has oído y recordarlo
de memoria, decida a volver tu mente a discursos de esta clase…
El ascenso propuesto (anabaínein), es explicado en base
nuevamente a República VII; sobre
todo teniendo en cuenta la dualidad oscuridad-luz en tanto apelación al
simbolismo del antro. Pero se combina todo esto con otra enseñanza platónica:
se dice que hay que reunir y unificar los pensamientos innatos (tás emphýtous
ennoías); y que estos deben
“articularse” (diarthroûn). En este
contexto se supone la temática del Fedón
y el apartamiento extremo de lo corpóreo (67 c 7 y 70 a 8). Recordemos que en
este diálogo se tematizaba la cuestión de la reminiscencia. Acá pareciera
combinarse cierta disciplina, cierta praxis, de la que, lamentablemente,
sabemos poco (Zambon, 2002). Sí, y ahora a propósito de la memoria, digamos dos
cosas: hay una relación entre la enseñanza del divino Platón, que enseñaba como
punto de partida proceder de lo sensible a lo inteligible (alegoría de la
caverna); esa enseñanza es la que debe “recordarse” (mnemoneúeis) y, nuevamente, “articularse” (diarthroíes). Hay dos niveles de “articulaciones”, y por ende dos
tipos de “memorias”: está la articulación de la enseñanza platónica, -los
“discursos” de los que se habla, que por otra parte no serían ni nuevos ni
vacíos-; pero después es necesario articular aquellos pensamientos que, se
dice, “son innatos” en el alma, y que por otra referencia (De Abstinentia, I, 31 2) sabemos que se dan en una instancia de
orden noético.
Esos pensamientos reaparecen en Vita Plotini cap. 23 8-9 referidos a las
experiencias extáticas del maestro Plotino: “se remontaba (anágonti) al Dios primero y trascendente en sus pensamientos (taîs ennoías). Este término se reconocía
en las especulaciones gnósticas, como principio femenino de Dios o Ennoia del Padre. Eso que también los
gnósticos denominaban por otra parte como “profundidad” (báthos). Precisamente los gnósticos decían que Platón, no
había accedido “al báthos de la
sustancia inteligible”, según el famoso capítulo 16 que citamos. En todo caso,
la vecindad del término énnoia que
estamos señalando, del cap. 23 8-9, debería ser leída también en relación con
el vocabulario del mismo capítulo, que más adelante (23 25-29) sostenía –en
torno a una interpretación de un oráculo apolíneo sobre el destino celeste del
maestro-:
Es que la contemplación de los hombres puede llegar a ser sobrehumana, pero
comparada con el conocimiento divino (theían gnôsin), será, sí, un don gracioso (charíessa), pero no como para poder captar la profundidad (tò báthos)
como la captan los dioses.
¿Por qué Porfirio retomaba este vocabulario de un “conocimiento divino”,
una “gracia” y una “profundidad”? y por otra parte, ¿cuál era el sentido o
resignificación de estos términos? En este contexto, Platón pareciera estar
ausente. ¿Qué clase de concesiones podía estar ofreciendo Porfirio al discurso
gnóstico?
Conclusiones:
De Plotino a Porfirio, hay algunas diferencias en cuanto al tratamiento de la polémica con los gnósticos. Claramente Porfirio es un heredero de la enseñanza griega del Platonismo. Pero a medida que avanzan esas décadas que van de la muerte de su maestro, en el 269 d. n. e., a la Vida de Plotino del 301, pareciera que Porfirio se sintiera en la necesidad de integrar ciertos motivos del pensamiento opositor. Eso quizás podía reflejarse en relación al término énnoia, algo así como un pensamiento interiorizado (preposición “en-” más el término del verbo “noeo”) que si bien era un vocabulario preexistente y estoico (Hadot, 1968), en este contexto podía estar sugiriendo cierta concesión al gnosticismo. Trazas de polémica o de diálogo con estos heréticos judeocristianos pueden encontrarse, por otra parte, en todo su corpus. Quizás el tema de la identidad griega que se perdía, con el contacto y ascenso del cristianismo, pueda apreciarse en esa otra obra que dedicó Porfirio a esta religión. Recordemos que el capítulo sexto del alegato anti-gnóstico señalaba a la doctrina de Platón en los términos de “no pretensiosos” (atýphos). Este vocablo es un hápax en Plotino (Sleeman-Pollet, 1980). Pero aparece, en Vita Plotini 18 5 ss., para hablar del estilo que tenía el propio maestro en sus clases: «Su estilo estaba exento de toda teatralidad sofística y de toda pretensión (tô páses sophistikês autòn skenês kathareúein kaì týphu)». En esta simple descripción del maestro pareciera sospecharse la distancia que había entre las dos filosofías. Y esto lo decimos ya que además del recurso de este término, reconocemos la “teatralidad sofística” en ciertos giros que adopta el discurso de Porfirio: El evangelio es puntalmente un “mero artificio escénico” (skenèn sesophisménen), o bien, una puesta en escena que es capaz de provocar la risa (geloíou mechanémata, ai tôn theátron skenaì zographoûsi…).
[1] En X, 32 1 de Civ. dei.
Porfirio nos habla de escuelas (sectas),
a propósito de la liberación universal del alma. En esta sección nombra a la
“filosofía más rigurosa”. En otras secciones se aclara (v.gr. X 27) la
supremacía de ésta sobre la teúrgia (que solamente era capaz de purificar una
parte del alma, la espiritual, pero que no podía acceder a la parte
intelectual).
Bibliografía
Fuentes
- Henry, Paul – y
Schwyzer, Hans. Rudolph,
Plotini Opera, ediderunt. Oxford: Clarendon
Press (Editio minor), 1964-1982.
- Igal, Jesús, Porfirio, Vida de Plotino. Plotino, Enéadas I –II. Madrid: Gredos, 1996.
- Porfirio, Carta a Marcela. Trad. Agustín López y María Tabuyo. Palma de Mallorca: Olañeta, 2007.- Porfirio,
Porfirio de Tiro. Contra los Cristianos.
Recopilación de fragmentos, traducción, introducción y notas. Enrique Ángel
Ramos Jurado et. al. Cadiz: Universidad de Cadiz, 2006.
- Smith, Andrew, PORPHYRII
PHILOSOPHI FRAGMENTA. Edidit Andrew Smith. Fragmenta arabiga. David Wasserstein interpretante.
Leipzig: Teubner Verlagsgesellschaft, 1993.
- Sodano, Rafaele, Vangelo
di un pagano. Milán: Rusconi, 1993.
- Athanassiadi,
Polymnia, La lutte pour l’orthodoxie dans le platonisme tardif. De Numénius à
Damascius. Paris: Belles Lettres, 2006.
- Hadot, Pierre,
Porphyre et Victorinus, I-II. Paris: Études augustiniennes, 1968.
- Zambon, Marco,
Porphyre et le moyen-platonisme. París: Vrin, 2002.
- Schlier
Heinrich, Voz “báthos”, en Kittel et.
al. Grande lessico del Nuovo Testamento
Vol.2º. Brescia: Paideia Editrice, 1966.
- Sleeman John, H. Et Pollet Gilbert, Lexicon Plotinianum. Leiden et Leuven:
Brill, 1980.